Sus hojas adquieren en otoño los colores amarillo, rojo y burdeo, siempre que reciban abundante sol, siendo más dramáticos los colores cuando en esa época hay mucha luminosidad y frío, y sin lluvias tempranas que voten las hojas.
El tejocote es originario de México, su hábitat es en regiones con clima templado localizadas entre mil y hasta los 3 mil 900 metros sobre el nivel del mar.
Parece Conífera, pero no lo es. Aunque están clasificado como árboles, los tejos se utilizan muy a menudo como especies arbustivas de dimensiones variables. También la forma de su copa es diferente según si tiene un solo tronco, y entonces es cónica; o varios, desarrollándose de manera irregular.
Compacto y versátil, el rododendro presenta un crecimiento lento. Las flores de Rododendro son llamativas y se abren en corimbos de diferentes colores. Su envergadura es hasta tres metros.
El tronco de este árbol se desarrolla en gran magnitud. En algunos casos crece de forma tortuosa, pero en general lo hace de forma recta. La corteza del olmo es agrietada y presenta tonalidades oscuras, principalmente de color café.
Más que su tamaño, que oscila mucho desde tres hasta diez metros, el punto fuerte de la Mimosa como árbol es su floración en rabioso amarillo que, aunque dura poco, destaca mucho en invierno. Además, aporta una deliciosa fragancia.
En primavera, antes incluso de salir las hojas, las ramas florecidas de este arbolillo de tres o cuatro metros en flor son todo un espectáculo. Y en verano y otoño lo son sus frutos.
Esta especie perenne, siempre verde y con hojas alternas elípticas y brillantes, ofrece a quien la observa una imagen elegante y distinguida, gracias a su copa de denso follaje. Mide en promedio 15 metros de altura, aunque existen variedades más pequeñas.
Aunque puede alcanzar de ocho a diez metros en parajes naturales de la franja mediterránea, interior de Andalucía, Extremadura o la cornisa cantábrica, lo normal es que el madroño que forma parte de los árboles ornamentales más populares no pase de cinco metros en un jardín.
La Adelfa es un arbusto con flores para jardines pequeños muy habitual de la zona mediterránea, donde puede llegar a medir cinco metros. La adelfa es muy resistente y desde la primavera se cuaja de flores duraderas, de ahí que sea habitual en el diseño de jardines pequeños.
El árbol de jacaranda es una especie exótica proveniente de Sudamérica. En la Ciudad de México se ha convertido en un hito que determina el inicio de la primavera. Es recomendable su uso en bulevares anchos o como elementos principales en áreas de mayor dimensión.
De entre dos y cuatro metros de altura, este arbusto en invierno se llena de flores blancas y bayas azules.
¿Al sol o a la sombra? Ambos, es poco exigente. En la zona mediterránea el Durillo se siente como pez en el agua; algo peor en climas extremos.
Otro ejemplar de árbol para jardines pequeños de unos cuatro, cinco metros de talla. Es de las primeras especies en florecer desde las últimas semanas del invierno, ya podemos ver cerezos en flor y apenas requiere cuidados.
Su otro nombre común es Arce enano debido a que no suele superar los cinco metros, de ahí que algunos lo señalen como el Arce japonés bonsái. Sus hojas en otoño cambian al rojo intenso o púrpura, lo mismo que su corteza en algunas variedades; es cada vez más habitual en el diseño de jardines pequeños.
Lo normal es que no pase de los seis-siete metros en un jardín. El árbol de júpiter tiene un bonito porte redondeado y luce pequeñas flores blancas, rosadas o violetas que salen todo el verano; forma parte de los árboles, arbustos y plantas ideales para decorar jardines pequeños.
Esta especie se asocia naturalmente a bosque templado húmedo; sin embargo, puede desarrollarse en climas tropicales, cálidos, templados y fríos. Con las condiciones de espacio necesarias pueden desarrollar un tamaño considerable alcanzando una altura de 10 a 30 metros.
El ahuehuete es un árbol endémico de Mesoamérica. Es un vocablo de origen náhuatl y está compuesto de dos palabras: agua y viejo. El significado literal es entonces “el viejo del agua”. Los españoles lo nombraron Sabino.